lunes, 30 de agosto de 2010

ValOrandO...


"La bronquitis es una inflamación a los bronquios en los pulmones. Siempre se debe a virus o bacterias que muchas veces se da después de un catarro que no se curó bien o de una infección respiratoria".

Antes de tener esta enfermedad, nunca había investigado sobre ella. Ahora en cama y preguntandome para que estoy viviendo esto, escribo y me gozo.


Pienso en lo importante del aire, del respirar, del poder cantar y de tantas otras cosas que no pude vivir hoy a un 100%. Acabo de terminar de alabar cantando y sentí que el aire que entró a mis pulmones no era el mismo de otros días, hoy fue todo más lento; sin embargo, más reconfortante, porque valoré lo perdido, y es que cuando perdemos las cosas es cuando recién las extrañamos.


Cuantas veces has perdido un anillo, un aro, un libro. En fin, tantas cosas sin importancia, pero también has perdido cosas que amas, como un amigo, un familiar, una mascota, un sueño, una esperanza. Es increible como en esos momentos nos desesperamos y no paramos de buscar o de lamentarnos por lo perdido.


Ahora te pregunto, ¿cuántas veces has pensado que perdiste a Dios?¿sientes que se fue, que no está ahí, que lo has expulsado de tu hogar y de tu vida diaria? ¿qúe le dijiste que esperara un poco porque tenías que chatear con alguien que no encontrabas hace tiempo o que tenías que estudiar y trabajar? Dejame decirte que eso me pasó a mi este año. Toda mi vida el estuvo ahí, lo tenía, me ayudaba, lo sentía de vez en cuando rondando, pero hubo un momento es que lo busqué y no lo encontré, comencé a desesperarme, a sentir un vacío y de pronto me acostumbre a no tenerlo. Fue entonces cuando ese vacío se hizo abismo y valoré su compañía. Recordé todas sus conversacíones, su apoyo, amor, perdón, sacrificio, misericordia, bondad, humildad, sabiduría... Y es que lo más importante de mi vida se había ido, mi corazón lo necesitaba, de repente, tropecé con algo, eran unos lentes, me los pusé y pude ver claramente que Él jamás se había ido, el estaba allí en la casa esperando compartir conmigo su amor, pero los tapones en mis oídos y mi falta de visión no me dejaban ver que yo estaba en el patio mientras el me sonreía desde las cercanías, claramente corrí a la casa y lo abracé. Descubrí que aunque jamás hubiera encontrado mis lentes, el hubiera corrido a buscarme al patio igual. Comprendí su amor y entendí lo que él quería de mí, sólo quería compartir su amor conmigo y que yo lo compartiera con otros.


Hoy te invito, no se trata de cuanto tiempo no lo hayas encontrado, se trata de que hoy es tiempo para abrir los ojos, escucharle y correr a sus brazos.



"He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo". Apocalípsis 3:20

martes, 17 de agosto de 2010

Oír lo que No se Quería Oír


Ya ha sido un tiempo prolongado en el que no he escrito, pero volví :) Estas últimas semanas han sido muy fuertes. Dios se ha manifestado de una forma maravillosa en mi vida. Luego de tantos años, comencé a descubrir que mi llamado es lo que he sentido reiteradas ocasiones: EL MISIONAR transculturalmente. Es tan genial sentir que estás haciendo su voluntad y sentirse en sus manos sin temer en confiar. Me di cuenta que fui una "JONAS" que huía de su llamado; sin embargo, ahora puedo decir que voy en camino a Nínive, porque el reconocer su voluntad ya es un gran paso para mi. Me entrego en sus manos, voy con Él caminando sobre el mar.

Sólo la Gloria a Él por ser tan misericordioso y fijarse en su sierva como una mujer que puede ir con su mensaje. Definitivamente no merezco tanto honor, pero el me hizo su hija y creyó en mi, más de lo que yo creo en mí.

Si alguien lee parte de éste, mi diario en línea, te pido oración y también por todos aquellos que han dicho HEME AQUÍ. También te insto a Oír lo que No Querías Oír, hoy puede ser el momento para actuar.


Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí. Isaías 6:8